viernes, 4 de noviembre de 2011

Acabaremos llenando el espacio de lonchas de jamón

¡Muy buenas a todos! Bueno, hace un año que no escribo en este blog, así pues me dispongo a retomarlo, mis ganas de hijoputismo crónico y la de chorreos de ano que he pegado últimamente al ver según que anuncios han hecho que vuelva a escribir entradas aquí, criticando anuncios absurdos, idiotas, hilarantes, cutres y pajarupiruleros que se ven últimamente en la televisión.

¡Pues venga! Vamos a por la víctima de hoy.

Mi primera impresión de este anuncio fue buena. No me la esperaba venir (Didn't see that coming bro). Dije caray, si que se han gastado pasta. ¿De que será? No queráis saber como acabaron mis pelotas pisadas en el suelo, pues se me cayeron al ver 2 minutos y poquito más de un anuncio esquizofrénico e infrahumano.
No puedo explicar tanto sufrimiento si no es equiparándolo a que el propio Satán suba desde el subsuelo con un par de tenazas elétriconucleares y te las incruste en los cojones ojos.

Esta vez es Campofrío quien se lleva el premio al anuncio más chorra recientemente visto.
Aquí lo tenéis para los almapenurios que aún no lo han podido sufrir ver.


La cosa no empieza nada mal. Sale un tío ahí to' machote, acariciando una foto familiar pegada en un espejo del lavabo, el tío ahí vistiéndose de astronauta bajo la luz fluorescente azul al lado del espejo... Guau, buen trabajo de fotografía, nada mal. El tío pilla un rollo de esparadrapo (pues se está pegando algo al cuerpo, protección para los cojones para el traje a lo mejor) y lo muerde con la boca al más puro estilo Bruce Willis en Armaggedon.

Empiezan a salir varias imágenes muy vistas en el cine. El tío sale y se ve un vestuario de astronautas (aunque parece uno de fútbol un poco retocado la verdad), junto a sus compañeros, mientras unos tíos con bata to' profesionales ahí los examinan y les hacen los últimos retoques.
Salen y está el ejército. Ep! Ep! ¡Hostia, para tú! Que está el ejército y esto pinta fuerte si están ahí.

Siguiente toma, una entrada al hangar a lo Top Gun, brillante.
De golpe, nos salta la atención que una voz radiofónica que habla sobre las imágenes. Unos españoles han conseguido entrar para una misión internacional a Marte. Se ve el resto del equipo caminando a cámara lenta e iluminado, pudiendo ver que hay un chino, un nórdico, bla bla bla que os follen naciones unidas paz para el mundo enterote.

Ay, que esto es serio. Unos españoles han llegado a algo. Parece increíble ¡pero córcholis! que sí que sí, que se piran pa' el espacio exterior.

Se repiten las imágenes de gente de todo el mundo sentados delante del televisor, expectantes del progreso de la humanidad. Miles de cámaras y reporteros haciendo mogollón delante de la pasarela de entrada. Los astronautas entran en la nave.

Nada más entrar, aparece un escáner corporal holográfico que probablemente se invente allá por el 2020 (no sé cuán rápido evoluciona la ciencia y la verdad me la suda no tengo especial curiosidad en informarme). Pero allá va con el escáner futurista el Bruce Willis.

¡COÑO! suena una alarma. Qué susto. Ay ay! el español lleva algo encima y no le dejan entrar. El mundo entero pega un bote. Se le acercan unos reclutas que lo rodean peligrosamente. El tipo mira asustado al entorno, sudando. Y de golpe... ¡ZAS! Aparece Wall-E! un Wall-E soso, sin ojos, ni expresión, pero un robot a lo Wall-e que aparece para inspeccionar al astronauta (con seguridad supongo).
Le mete la pinza por detrás en el bolsillo y...

*Pausa para descojone*

Un envase de Campofrío sale del traje de astronauta. No puedo con tanto absurdismo junto. Recapitulando la situación, un robot bailongo controlado por a saber dios quien le sustrae a un astronauta un paquete de embutido.
El surrealismo ha dejado de poder sostenerse por ningún lado. Pero no, todavía hay más.
El mundo queda defraudado de golpe con un unísono "oh". Aparece la familia del astronauta, y el hijo suelta: Papá, ya la ha vuelto a liar. Sin comentarios a tan gratuita frase sacada de comedia cutre americana.
Y lo siguiente ya es el colmo.
El tío empieza a soltar el discurso épico de su vida. Va a estar lejos de su familia durante años. Acaso no podemos ser lo que queremos. Incluso se dirige a una señora que está viendo la televisión, que atención con la frase "¿Acaso usted señora no ha robado nunca una pastilla de esas que nos dan allí arriba?", sí sí, vamos, que la ha tachado de yonki de mierda drogadicta.
Sigue con el discurso. El tío, zas! señala a su compañera española, Elena, a quien acusa de rular lonchas de pavo Campofrío. La tía mira resignada y saca un paquete. Esto ya es de narcotráfico macho.

De golpe me sorprende ver como también se dirige a un mono que hay en el hangar vestido de astronauta, que entiende la acusación y también saca un producto campofrío.
Analizando un poco la situación, esto era una misión internacional (de todas las naciones). Y en la entrada al hangar aparecen unas siete personas, extrañamente dos de las cuales son españolas, los únicos que se repiten en el equipo. Y aparece el mono. Aparte de lo idiota que es ver como obedece una orden humana y la entiende (allá por el 2020 los monos empezarán a evolucionar hasta ser como nosotros) ¿El mono que es? Efectivamente, una representación de la sociedad actual. Han preferido mandar un puto mono a al planeta rojo antes que escoger un habitante de otra nación. Un aplauso por la poca sensibilidad de Campofrío.

Lo siguiente es para aplaudirles también, pero en la cara.
El tío se pone en plan víctima "¡arréstenme! ¡arrésentme!" y la gente que ve la televisión se pone a llorar, que por cierto, me acabo de dar cuenta de otra cosa absurda, entre todos los grupos de gente que salen viendo la televisión, hay un grupo de personas africanas viendóla en la sábana (¿dónde irá enchufada la puta tele? aaah).

Y después de chorrear tanto, pero tanto, viene la traca final. El español pone una cara de pena un tanto caricaturesca para compararse de como sería su cara si se va al espacio con unos embutidos (sí, recordemos que toda esta pantomima tiene origen en unos embutidos confiscados). Para decir como es su cara de feliz, muerde un trozo de fuet, y el siguiente plano que lo sucede es el del mono, cogiendo un clínex y llorando. A la copia made in china de Wall-e le cae una lágrima también. Los del ejército también lloran. Un soldado le acerca un casco de astronauta y le mete un paquete de fuets dentro y la gente aplaude emocionada. El colmo.
Arrancan la nave y se van para el espacio.

En conclusión, ya no sé que pensar de todo esto. No sé si ha sido una alucinación o realmente lo he visto y estoy delirando por culpa de ver tanto random junto.

Eso es todo por hoy. A comer muchos embutidos para hacerse sanos y fuertotes.

PD: En cuánto a los astronautas OJALÁ SE OS JODA LA NAVE, CAIGAIS EN TERRITORIO HOSTIL Y APAREZCAN UNOS ALIENS ASESINOS CON PINTA CHUNGA OS ABRAN LA TAPADERA DEL CRÁNEO Y SE OS ENGULLAN LOS SESOS SALVAJEMENTE, Y UTILICEN LO QUE SOBRA DE VUESTRO CUERPO COMO JUGUETE SEXUAL buen viaje y ojalá podáis regresar cuánto antes.